Intoxicación por melaza en rumiantes: causas, síntomas y prevención
3 jun 2024
La melaza es un subproducto de la industria azucarera que se utiliza como fuente de energía y de nitrógeno no proteico en la alimentación de rumiantes. Sin embargo, su uso excesivo o inadecuado puede provocar intoxicaciones graves e incluso mortales en estos animales.
¿Qué es la intoxicación por melaza en rumiantes?
La intoxicación por melaza en rumiantes es un trastorno metabólico que se produce cuando los animales consumen una cantidad excesiva de melaza o de mezclas que contienen melaza y urea.
La melaza tiene un alto contenido de azúcares fermentables que al llegar al rumen son transformados en ácidos orgánicos por las bacterias ruminales. Estos ácidos disminuyen el pH ruminal y alteran el equilibrio de la flora y la fauna microbiana.
La melaza puede contener sustancias tóxicas como el potasio, el cobre, el plomo y el arsénico, que pueden causar daños en los órganos internos de los animales.
La urea es un compuesto nitrogenado que se utiliza como suplemento proteico en los rumiantes, ya que puede ser incorporada por las bacterias ruminales en la síntesis de proteínas.
La urea también puede ser hidrolizada por la enzima ureasa en amoníaco, que es una sustancia tóxica para los animales. La intoxicación por urea se produce cuando hay una ingesta excesiva o rápida de urea, o cuando hay una deficiencia de energía o de fibra en la dieta, que impiden la utilización adecuada de la urea por las bacterias ruminales.
La intoxicación por melaza y por urea pueden ocurrir de forma independiente o combinada, dependiendo de la composición y la cantidad de la melaza o de las mezclas que contienen melaza y urea que consumen los animales. La intoxicación por melaza y por urea puede afectar a cualquier especie de rumiante, pero los bovinos son los más susceptibles, especialmente los que no están acostumbrados a este tipo de alimentación.
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¿Cuáles son las causas de la intoxicación por melaza en rumiantes?
Las causas de la intoxicación por melaza en rumiantes pueden ser diversas, pero generalmente se relacionan con el manejo inadecuado de la melaza o de las mezclas que contienen melaza y urea.
Algunas de las causas más frecuentes son las siguientes:
El suministro de una cantidad excesiva de melaza o de mezclas que contienen melaza y urea, ya sea por error, por desconocimiento o por falta de control.
El cambio brusco de una dieta con bajo contenido de melaza o de mezclas que contienen melaza y urea a una dieta con alto contenido de estos ingredientes, sin un período de adaptación previo.
El consumo accidental de melaza o de mezclas que contienen melaza y urea por parte de animales que no están destinados a recibir este tipo de alimentación, como los equinos, los porcinos o los animales jóvenes.
El consumo de melaza o de mezclas que contienen melaza y urea en condiciones de ayuno, de estrés, de deshidratación o de enfermedad, que disminuyen la capacidad de los animales para metabolizar estos ingredientes.
El consumo de melaza o de mezclas que contienen melaza y urea de mala calidad, contaminada o adulterada con sustancias tóxicas o con una concentración inadecuada de urea.
¿Cuáles son los síntomas de la intoxicación por melaza en rumiantes?
Los síntomas de la intoxicación por melaza en rumiantes pueden variar según la gravedad, la duración y el tipo de intoxicación. Los síntomas más comunes son los siguientes:
Anorexia, pérdida de apetito o rechazo al alimento.
Depresión, apatía, somnolencia o coma.
Dolor abdominal, cólicos, diarrea o estreñimiento.
Timpanismo, distensión abdominal, eructos o flatulencias.
Salivación, vómito, espuma en la boca o halitosis.
Deshidratación, sed intensa, polidipsia o poliuria.
Taquicardia, arritmia, pulso débil o colapso circulatorio.
Disnea, dificultad respiratoria, jadeo o cianosis.
Ataxia, incoordinación, temblores, convulsiones o parálisis.
Aborto, infertilidad, mastitis o disminución de la producción láctea.
La intoxicación por melaza en rumiantes puede tener consecuencias fatales si no se trata a tiempo o de forma adecuada. La mortalidad puede variar según la fuente, pero se estima que puede oscilar entre el 10% y el 50% de los animales afectados.
¿Cómo prevenir la intoxicación por melaza en rumiantes?
La prevención de la intoxicación por melaza se basa en el manejo adecuado de la melaza o de las mezclas que contienen melaza y urea, así como en el seguimiento de las recomendaciones nutricionales y sanitarias para los animales.
Algunas de las medidas preventivas son las siguientes:
Controlar la cantidad y la calidad de la melaza o de las mezclas que contienen melaza y urea que se suministran a los animales, siguiendo las indicaciones de un profesional o de un técnico especializado.
Adaptar gradualmente a los animales a la melaza o a las mezclas que contienen melaza y urea, iniciando con pequeñas cantidades e incrementando progresivamente hasta alcanzar el nivel deseado.
Evitar el cambio brusco de una dieta con bajo contenido de melaza o de mezclas que contienen melaza y urea a una dieta con alto contenido de estos ingredientes, realizando una transición gradual y supervisada.
Evitar el acceso accidental de animales que no están destinados a recibir melaza o mezclas que contienen melaza y urea, como los equinos, los porcinos o los animales jóvenes, colocando barreras físicas o separando los comederos.
Evitar el consumo de melaza o de mezclas que contienen melaza y urea en condiciones de ayuno, de estrés, de deshidratación o de enfermedad, proporcionando a los animales una dieta equilibrada, agua limpia y fresca, y un ambiente adecuado.
Evitar el consumo de melaza o de mezclas que contienen melaza y urea de mala calidad, contaminada o adulterada con sustancias tóxicas o con una concentración inadecuada de urea, adquiriendo estos ingredientes de proveedores confiables y verificando su composición y su fecha de vencimiento.
Complementar la melaza o las mezclas que contienen melaza y urea con otros ingredientes que aporten energía, fibra, proteína, minerales y vitaminas, para mejorar el balance nutricional y el funcionamiento ruminal de los animales.
Monitorear el estado de salud, el comportamiento y el rendimiento de los animales que reciben melaza o mezclas que contienen melaza y urea, y consultar con un veterinario ante cualquier signo de intoxicación o de alteración.
¿Cómo tratar la intoxicación por melaza en rumiantes?
El tratamiento de la intoxicación por melaza depende de la gravedad, la duración y el tipo de intoxicación.
El tratamiento debe ser realizado por un veterinario, quien determinará la mejor opción terapéutica para cada caso.
Algunas de las medidas terapéuticas que se pueden aplicar son las siguientes:
Retirar la melaza o las mezclas que contienen melaza y urea de la dieta de los animales, y reemplazarlas por alimentos de fácil digestión y alto valor nutritivo.
Administrar agua fría y abundante a los animales, para favorecer la eliminación de las sustancias tóxicas y la rehidratación.
Administrar soluciones electrolíticas, glucosadas o alcalinizantes por vía oral o intravenosa, para corregir el desequilibrio ácido-base y el shock metabólico.
Administrar antibióticos, antiespumantes, antihistamínicos o antiinflamatorios, según el criterio del veterinario, para prevenir o tratar las infecciones secundarias, la espuma ruminal, la reacción alérgica o la inflamación de los órganos afectados.
Administrar quelantes, antídotos o laxantes, según el criterio del veterinario, para neutralizar o eliminar las sustancias tóxicas que puedan estar presentes en la melaza o en las mezclas que contienen melaza y urea.
Realizar una punción ruminal, una lavado ruminal o una cirugía, según el criterio del veterinario, para aliviar el timpanismo, eliminar el contenido ruminal o extraer los cuerpos extraños que puedan estar causando la obstrucción o la perforación del rumen.
La recuperación de los animales intoxicados depende de la rapidez y la eficacia del tratamiento, así como de la capacidad de los animales para restablecer el equilibrio ruminal y el funcionamiento normal de los órganos afectados.
La recuperación puede tardar desde unas horas hasta varios días, y puede dejar secuelas permanentes en algunos casos.
Cómo ayuda la grasa de sobrepaso en rumiantes
La grasa de sobrepaso en rumiantes es un tipo de grasa protegida que no se digiere en el rumen, sino que se absorbe en el intestino.
Esto permite que los animales reciban una mayor cantidad de energía y de ácidos grasos insaturados, que tienen beneficios para la salud y la producción.
Algunas de las formas en que la grasa de sobrepaso ayuda a los rumiantes son las siguientes:
Favorece la fertilidad y la reproducción de los rumiantes, al mejorar el balance energético, el desarrollo folicular, la calidad del óvulo, la implantación embrionaria, la gestación y el parto. Se ha observado que la grasa de sobrepaso puede aumentar la tasa de concepción en un 10-20%, y reducir el intervalo entre partos en un 10-15%.
Aumenta la producción y la calidad de la leche, al estimular la síntesis de lactosa y grasa en la glándula mamaria, lo que se traduce en un mayor volumen y composición de la leche. Se estima que la grasa de sobrepaso puede aumentar la producción de leche entre 0,5 y 2 litros por día.
Mejora la condición corporal y la resistencia a las enfermedades, al proporcionar una fuente de energía extra que ayuda a los animales a recuperar el peso y la condición corporal después del parto, y a prevenir o reducir problemas metabólicos como la cetosis, la acidosis o el desplazamiento de abomaso.
Mejora la absorción de vitaminas liposolubles, como la vitamina A, D, E y K, que requieren grasa para ser absorbidas adecuadamente, y que son esenciales para la salud y el funcionamiento de los órganos y los sistemas de los animales.