Cómo sustituir el aceite crudo de soya por el aceite acidulado sin afectar la producción y la calidad de huevo en gallinas
27 ene 2024
El aceite crudo de soya es un ingrediente común en las dietas de las gallinas ponedoras, ya que aporta energía y ácidos grasos esenciales para su crecimiento, reproducción y salud.
Sin embargo, el aceite crudo de soya tiene un alto costo, debido a que compite con la alimentación humana y la industria de los biocombustibles.
Por ello, se buscan alternativas más económicas y ecológicas, como el aceite acidulado de soya, que es un subproducto del proceso de refinación de los aceites vegetales.
El aceite acidulado de soya contiene una alta proporción de ácidos grasos libres, que se han separado de los triglicéridos por efecto de la temperatura, el oxígeno, la humedad o las enzimas.
¿Qué beneficios tiene el aceite acidulado de soya para la alimentación de gallinas?
El aceite acidulado de soya tiene varios beneficios para la alimentación de gallinas, entre los que se pueden destacar los siguientes:
Aporta energía y ácidos grasos esenciales: el aceite acidulado de soya tiene un alto contenido calórico, que puede variar entre 7,000 y 9,000 kcal/kg, dependiendo del tipo de aceite vegetal del que procede y del grado de refinación. Contiene ácidos grasos esenciales, como el linoleico y el linolénico, que son necesarios para el crecimiento, la reproducción y la salud de las gallinas.
Mejora la palatabilidad y la digestibilidad: el aceite acidulado de soya mejora el sabor y el aroma de los piensos, lo que estimula el consumo y la ganancia de peso de las gallinas. También mejora la digestibilidad de los nutrientes, al facilitar la formación de micelas y la absorción de las grasas y las vitaminas liposolubles.
Mejora la calidad de la carne y el huevo: el aceite acidulado de soya influye en la composición de ácidos grasos de la carne y el huevo de las gallinas, lo que puede mejorar su calidad sensorial y nutricional. Por ejemplo, el aceite acidulado de soya puede aumentar el contenido de ácidos grasos insaturados, que son más saludables para el consumidor, y reducir el contenido de colesterol, que es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares.
¿Cómo sustituir el aceite crudo de soya por el aceite acidulado de soya sin afectar la producción y la calidad de huevo en gallinas?
Para sustituir el aceite crudo de soya por el aceite acidulado de soya sin afectar la producción y la calidad de huevo en gallinas, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
La calidad y la estabilidad del aceite acidulado de soya
El aceite acidulado de soya tiene una calidad variable, que depende del tipo de aceite vegetal del que procede, del grado de refinación, del método de acidulación y de las condiciones de almacenamiento.
Puede contener impurezas, como agua, jabones, fosfolípidos, metales o compuestos de oxidación, que afectan a su color, olor, sabor y acidez.
El aceite acidulado de soya también tiene una baja estabilidad, debido a su alta proporción de ácidos grasos insaturados, que son susceptibles a la oxidación por la luz, el aire, la temperatura o los microorganismos.
Debe ser analizado y tratado adecuadamente para garantizar su calidad y su estabilidad, y evitar efectos negativos en la salud y el rendimiento de las gallinas.
El nivel de inclusión del aceite acidulado de soya
El nivel de inclusión del aceite acidulado de soya en la dieta de las gallinas depende de la energía y los ácidos grasos que se quieren aportar, así como de la disponibilidad y el costo del aceite. Puede sustituir parcial o totalmente al aceite crudo de soya, siempre que se mantenga el balance nutricional de la dieta.
Según algunos estudios, el nivel óptimo de inclusión del aceite acidulado de soya en la dieta de las gallinas puede variar entre el 2% y el 4%, dependiendo del tipo de acidulado y del tipo de gallina.
El ajuste de la formulación de la dieta
El aceite acidulado de soya tiene una composición de ácidos grasos diferente al aceite crudo de soya, lo que puede afectar al balance de nutrientes de la dieta.
Por ejemplo, t tiene un mayor contenido de ácidos grasos poliinsaturados, que pueden interferir con la absorción de minerales, como el calcio, el fósforo o el zinc, o con la actividad de enzimas, como la lipasa o la fosfatasa alcalina.
Se debe ajustar la formulación de la dieta para compensar estos efectos, mediante la adición de suplementos minerales o enzimáticos, o la reducción de otros ingredientes que aporten ácidos grasos poliinsaturados, como el maíz o la harina de soya.